Escribir ese agradecimiento que te tengo no basta para expresarlo
correctamente, es necesaria una larga letanía, la persona que soportaba muchas
cosas molestas y malas de mi, alguien que nunca se quejo de lo grosera que podía
ser, que me soportaba sin tener la necesidad de hacerlo. Aquella amistad ciega
y desinteresada, una expresión maravillosa y pura de compasión.
Alguien que siempre me hacía sentir seguridad en los pasos más
difíciles que di a lo largo de aquel inicio, la complementariedad de
personalidad. Aquel que siempre me ofreció su ayuda en los momentos fáciles y
sobre todo los difíciles. Ese eres tú, mi punto de apoyo en aquel entonces, la
persona que apareció de la nada para cuidarme, gracias por hacerlo sin tener
que pedírtelo.
He dicho tantas veces lo agradecida que siempre estaré
contigo una deuda eterna que me Alegra tener que pagar. La felicidad de ser de
tu confianza, la admiración de tu forma de expresarte, de tu tono de voz y de
tu tranquilidad ante cualquier situación.
En un momento preciso sentí tal orgullo de verte crecer, de
ver cómo te hacías cargo de una responsabilidad inmensurable en tan poco tiempo
y tan repentinamente, sentí, y no miento al decirlo, el orgullo de una madre al
ver a su hijo convertido en hombre.
Aquellas hermosas mujeres que te tienen siempre presente,
ellas que tendrán tu corazón por siempre, son muy afortunadas y tu eres al
igual afortunado de tenerlas a ellas.
Sé que esto último suena bastante raro, disculpa, es solo
que quería que supieras como es que yo te veo. Debería ser una simple felicitación
de cumpleaños pero tú no eres simple y por lo tanto no te mereces tan poco esfuerzo
y una frase tan trillada, que de igual manera la diré: Feliz Cumpleaños amigo.
Felicidad es lo que siempre mereces no solo este día sino el
resto de la vida.